Disculpa

Estimada,

Me refiero a la misiva en la que le respondo a su apreciable cartita por el feis.
Al respecto no tengo más que externar mi solicitud de disculpas si es que le he herido de cualesquiera forma.
Mi única justificación es la de haber estado enojado.
Por favor acéptelas (no he podido ni comer de la preocupación [mucho menos dormir: llevo ya una hora en vela]); la culpa me embarga y no sé de qué forma compensar, pues dado que sus intenciones tomaron caminos divergentes de las mías no me es posible aliviar heridas que seguramente le causé, principalmente cuando le hice entrever que era una persona inestable y poco confiable, o cuando me refería a que a pesar de su edad su búsqueda personal era fatua y ridícula, o quizás aun cuando hice referencia a que me importaba un piojo lo que tuviera que decirme sobre su familia, o más todavía cuando insinué que la banalidad reinaba sobre su opinión con respecto a mi familia dado que me había mandado a mudar.
No interprete de mala forma, por favor. Realmente era el enojo por haberme dado por culo a través de un medio que me sirve para jugar en la oficina mientras espero trabajo y que quizá para usted sea la única forma de relación con el entorno dado que sus múltiples actividades le impiden socializar y por ello le pareció el conducto más apropiado.
Luego entonces hago pública la aceptación de mi mal proceder tratando de evitar que sus cósmicas vibraciones puedan incidir en mí.
Reitero la solicitud de perdón no sin antes enfatizar en la mórbida culpa que me embarga, la cual me ha ocasionado una gran, enorme y suprema supresión de mi libido, al grado que, además de terapia grupal, he decidido convertirme a alguna religión precolombina para que el gran espíritu me diga cuál planta me drogará lo suficiente para no ver la realidad y no me cause culpa por haber ingerido una sustancia ilegal.
En espera de su piadoso perdón, me quedé de usted.
Yo

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