Estoy de luto, y quiero guardarlo. Ha muerto una de las pocas personas a la que respetaba y amaba en este mundo, no por sus logros ni por sus éxitos, sino por la sencilla razón que existía.
No habrá discurso ni dialéctica, el dolor y la confusión siguen reinando mi cerebro, y así seguirá hasta que asimile que ya no está. No sé si será pronto o tarde, pero sé que sabré el momento de realmente decirle adiós, hoy no, ni mañana.

1 comentarios:

aus dijo...

no estoy segura de que uno pueda decir adiós, no no puedo aún... pero hay que seguir viviendo.