Cielo

Creo firmemente que el Cielo judeocristiano apesta: no se pueden tener fornicaciones ni vicios otros, aunque quizás el alcohol sí esté permitido, pues recuerdo que Cristo, en una fiesta, ya picado o a medios chiles como lo decimos en México, usó sus poderes de Hijo de Dios para convertir el agua en vino, nomás para que no se agüitara el reventón. Pero fuera de la embriagada, no me resulta atractivo el Cielo, o mejor dicho el Heaven, para diferenciarlo del sky.
Además no creo tener que preocuparme mucho por ello, pues he cometido los suficientes pecados para no merecer el Paraíso. Por lo menos he infringido nueve de los Mandamientos de Moisés, algunos con persistencia y afán.
Y hablando del famosísimo Decálogo (no confundir con el de Kieslowsky), ni los judíos ni sus primos católicos se ponen de acuerdo en precisar con exactitud cuáles son los mandamientos divinos; mientras que en la Torá hay poco más de 600 mandamientos, los cristianos (para englobar a testículos de Jehová, adventistas, evangelistas, católicos, mormones, y anexas, y no ser clasistas en sólo reconocer a los romanos), sólo reconocen como divinos o mandados por el mismísimo Altísimo, los que bajó cargando Moisés del Sinaí, de los cuales tampoco hay precisión, pues el discurso en la Biblia es ambiguo y hasta contradictorio (cf. Éxodo 20: 2-17 y Deuteronomio 5: 6-21). Además, al paso de los años y de las conveniencias del Vaticano y demás congregaciones religiosas, los mandamientos han sufrido modificaciones en cuanto a lo que representan, prohíben y exigen. Por ejemplo: de donde se extrae el primer mandamiento es algo así como "[...] Yo soy tu Dios y Eterno [...] no tendrás ni reconocerás a otros dioses en mi presencia [...]", y actualmente el Vaticano dice que es "Amarás a Dios sobre todas las cosas". Quizá por la tolerancia propia de la época en la que se redactó ese pasaje, donde se reconocía que cada pueblo tenía sus propios dioses más o menos poderosos que los propios, es que se haya redactado de esa forma, y quizás porque actualmente no hay esa tolerancia es que no se reconoce que puedan existir otras deidades aparte de Yahvé o Jehová o como se diga, pero como ejemplo de la deformación que han sufrido, creo que basta.
Además, si realmente existe un juicio, y mucho más, si Dios es justo, es imbécil pensar que con unos cuantos rezos y santiguaciones o el mejor de los arrepentimientos, se pueda uno librar de recibir el castigo al que se ha hecho acreedor. ¿Dónde estaría el Dios que derribó Jericó y exterminó de cuajo Sodoma y Gomorra? ¿Es otro o diferente al que dio una patada en las nalgas a Adán y a Eva por no obedecerlo? ¿Acaso se piensa que Dios quizá se hizo senil y se le puede hacer pendejo con un novenario o unas rolas de una congregación exaltada? Creo que nel.
Por lo menos yo:

*No amo a Dios sobre todas las cosas.
*Uso el nombre de Dios en vano.
*Me valen madre las ceremonias sagradas y mucho más me vale madre las fechas o las fiestas santas.
*Algunas ocasiones no he honrado a mis padres (cosas de adolescente, como justificante).
*Cada que puedo cometo fornicación y practico la concupiscencia como deporte.
*He robado. Nunca con el afán de hacerme rico o sacarme pelusa del ombligo como resultado, pero sí lo he hecho.
*He mentido. ¿Quién no lo ha hecho?
*Deseo a la mujer de mi prójimo, siendo Vincent Cassel mi prójimo.
*Pero por supuesto que tengo pensamientos y deseos impuros.
*Aunque no codicio los bienes ajenos, sí he llegado a sentir envidia, lo cual es lo mesmo, nomás que poquito menos.
*Nunca le he quitado la vida a otro ser humano, pero en más de una ocasión, ganas no me han faltado.

Sus apreciables mercedes, como dijera el mismísimo Chucho cuando estaban a punto de partirle su mandarina en gajos a la adúltera: Quien esté libre de pecado, que se forme en la siguiente fila. Nos vemos en el infierno.

2 comentarios:

aus dijo...

el mismo cielo judeocristiano tiene una ventaja, si de plano te empieza a dar mucho miedo el asunto, nomás te arrepientes y ya; el ejercicio me parece entretenido, así que ahí va:
1. Noup, tampoco yo lo amo por sobretodas las cosas.
2. Sip, no a propósito (porque me chocan las fórmulas coloquiales que usan a dios, pero seguro lo hago).
3. Creo que el mandamiento se refiere también a que todas las fiestas deben santificarse... cosa que sería muy aburrido.
4. Tal vez más por mi ideología que por mis actos, pero no creo que se sientan totalmente honrados (aunque debo reconocer que es al que más me acerco en cumplir).
5. Pues creo que sí, en alguna ocasión, aunque no es algo que practique cotidianamente.
6. Eso sí con mayor frecuencia y de todo tipo de mentiras, yo diría que despliego mi creatividad de vez en cuando.
7. Pues yo también, claro, deseo más los hombres de mis prójimas, pero hay un par de mujeres a las que no les haría el feo.
8. De esos pesamientos, se me dan todos los días en diferentes horas y por motivos varios.
9. Yo la verdad sí codicio algunas casitas, algunas cuentas bancarias y algunos negocitos, ni modo...
10. Por eso Dexter es mi ídolo.

Anónimo dijo...

Precisamente si el cielo existe como lo dice el maese Lennon (Imagine there's no heaven /It's easy if you try /No hell below us/Above us only sky) en el mismo debe de haber un barecito con una cava bien surtida, una buena rockola con la música que nos gusta a mi a mis amigos (coincido contigo que muera el regueton) unas meseras de buen ver y cariñosas para los parroquianos, botana mexicana, (no pueden faltar los sabritones) y el tiempo suficiente para poder disfrutar de un par de chelas sin la presión del tiempo y el quehacer cotidiano… lo demás esta de más.

El decálogo es el invento de alguna mente moralista y enferma, que pensó en regirnos a su manera, afortunadamente habemos algunos que nos lo pasamos por el arco del triunfo.

Un abrazo grande y redondo que nos acerque.